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Dime, amado mío, ¿dónde llevas hoy tu rebaño? ¿Dónde harás descansar tus ovejas al mediodía? ¿Por qué he de andar vagando entre los rebaños de tus compañeros?

El amado

Si no lo sabes, hermosa entre las mujeres, sigue las huellas de mi rebaño hasta las tiendas de los pastores, y apacienta a sus alrededores tus cabritos.

¡Eres tan bella como las yeguas de faraón, amor mío!

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